Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 82
Trata en este capítulo como Ahuitzotl, rrey, después de acabado el caño de agua llamó a Teuctlamacazqui, díxole fuese a rrescibir el agua Acuecuexatl y fuese figura del dios Chalchiuhtliycue, y lo hizo asíOydo por el Teuctlamacazqui el mandato de Ahuitzotl, fue luego y bixóse y tiznóse la cara, con una chamarrilla justa azul, y se tiñó la frente de azul asimismo y en la cabeça se puso su trançado de garçotas blancas y beçoleras y orexeras de chalchihuitl y los braços sartales como los que traen las mugeres por corales, y lleuaua las manos lo que ellos llaman omichicahuaztli, que es un cuerno de benado aserrado biene sonando, le dan con un caracol, le llamamos sonajas, y un costal traía benía lleno de poluos azules, y cotaras a lo antiguo, y todos los saçerdotes con él, rrebestidos y adornados casi de la misma manera. Y yendo como en proçesión, llegaron al sitio llaman Maçatlan, lleuando los saçerdotes codornizes y papel de la tierra y copal blanco ancho y ulli (batel negro) que se haze y cría a la orilla de la mar. Y llegando el agua que benía llamada Acuecuexatl, començó a degollar codornizes el Teuctlamacazqui y acabado de rroçiar con la sangre dellas el agua, tomó luego el ynçensario y le echó copal y le sahumó el agua. Y luego tomó, que estaua ensartado como un asador, el ule y le puxo en el brasero y de lo que goteaua, como haze el toçino asado, començó a salpicar en el agua. Acabado, tomó el Teuctlamacazqui su bozina o corneta de caracol y le tocó rrezio y luego se hincó de rrodillas y beuió la agua de bruças; luego començaron todos los demás saçerdotes a tocar sus bozinas. Acabado acabó de beuer el agua, le saluda, diziéndole: "Seáis, señora, muy bien benida, que bengo a rresçibiros, porque llegaréis a ura casa en el medio del tular y cañaueral, Mexico Tenuchtitlan". Acabada su plática, toma de los poluos azules traía en el costalillo y començólos a senbrar por el agua benía. Acabado, comiença de tocar las sonajas del güexo llaman omichicahuaztli y comenzó de benirse con el agua adelante, y luego binieron los cantores del dios de las aguas, llamados tlalocacuicanine, benían tañendo y cantando con un teponaztli y atambor. Paresçe bino con el agua una culebra algo gruesa, bíuora y sanguixuelas negras (acuecueachin). Con ellas començaron de benir otras bíuoras mayores y menores y mucho pescado blanco, rranas y xohuiles, axolotes y otras sabandixuelas, atecocolin. Y llegando el agua en Acachinango, que agoras y está allí una albarrada y allí una hermita de Santisteuan, estauan ya allí adereçados muchos muchachos bixados y tiznadas las caras y todos de la propia manera que bino el Teuctlamacazqui. Estando allí toda la más de la gente mexicana, toman a un niño de aquellos y ábrenle el pecho con un nabaxón y rroçían el agua con la sangre calliente, y trayendo el agua el coraçón del niño, començó luego de heruer el agua y a multiplicarse el agua tanta manera sobrepuxó una puente de madera adonde pasaban las gentes, que es de notar este misterio, ora agrabio a Nro Señor y Rredentor XesuXo, ora ser alguna per [113v] permisión hizo el Malo para traer más engañadas a estas gentes gentiles de naçión. Llegada el agua en Xoloco, degüellan otro niño y hazen lo propio que el primero. Y allí la puente tenían una canoa puesta adonde benía a caer el agua y corría por todas partes lleuando un caño del agua para Palaçio. Llegado a Huitzilam, que agora es el ospital de Nra Señora, salta allí el agua por otro caño y se deriba y parte, y allí tanbién fue degollado otro muchacho y sacrificado al agua. Y fue derecho, pasando por el palaçio rreal, fue a caer el agua la parte llaman Apahuazcan, que agora es el barrio de Tlatelulco Santiago, en el albarrada que agora está allí detrás de la hermita de la Asumçión de Nra Señora, y allí sacrificaron otro niño, usando de crueldad ynnumana enemiga de la clemençia y piedad de XesuXo Nro Señor. Llegada el agua y corriendo con más ympitu que al prençio, dixo el rrey Ahuitzotl a sus prençipales: "Ya, señores, es benida el agua Acuecuexatl. Será bien la bamos a beer". Y adornóse el Ahuitzotl muy rrica y costosamente conforme como a tal rrey hera y lleuando en su cuerpo y traxes muy abentaxadamente, con su corona la frente, cotaras con correas y cadena de oro, que jamás tal se abía puesto, traía la mano derecha una caña con una bola en medio de pluma blanca, y como bido el agua, luego se hincó de rrodillas y besó la tierra delante dél e luego la presentó una rrosa y un perfumador y yetl y la sahumó con copal y le rroçiaron la sangre de unas codornizes, e le comiença a dezir al agua, como si fuera persona biuiente: "Señora, seáis muy bienbenida a ura casa y asiento del tetzahuitl Huitzilopochtli, seáis, señora diosa llamada del agua, Chalchiuhtliycuee, que aquí ampareréis y fauoresçeréis y traeréis a cuestas estas pobres gentes de buestros hijos y basallos que de bos se an de fauoresçer para su sustento humano, de uros frutos, que de bos proçederán muchos géneros de bastimiento y bolantes abes de diruas maneras". Y el agua benía con más braueza y con mucho más multiplique de ella, cada ora más, y en dentro de quarenta días y cuarenta noches se hinchió el agua la gran laguna, yba cubriendo ya el çerro llaman Tepeçingo, que está en medio de la laguna, adonde sale agua calliente, que agora son baños de fermos y otras muchas gentes fuera de fermedad. Y biendo Monteçuma o su sobrino, por mejor dezir, Ahuitzotl, la braueza del agua, sobrepuxó el lugar llaman Pantitlan, que es un lago en medio de la laguna mexicana adonde estaua un ojo de agua, y allí traua el agua staua ençima de esta gran laguna y entrauan tan furioso se lleuaua tras sí las canoas grandes com los yndios pescadores. Y para rredimir, este rrey lo mandó estacar de unas muy gordas estacas de enzina y los tiempos que no llouía, fue en tiempo del biexo Monteçuma, que en dos años no llouió en estas partes, que ubo mucha hambre y mortad, para su rremedio lo estacó y le presentó una piedra labrada que era el primer cuauhxicalli de sacrifiçio, un poco más pequeña la que está agora la plaça junto a la Yglesia Mayor, y con esta piedra hizo sacrifiçio en esta laguna el Monteçuma biexo, pidiendo agua y allí, en aquel ojo de agua y sumidero, echó y arrojó a los nasçidos llamamos blancos, llaman los yndios tlacaztalli, y asimismo arrojó allí a las personas tenían de naçión como dos cabeças una, o les llamamos agora nosotros cabeçudos, y arrojó tanbiém allí enanos y corcobados, todos estos biuos, tendiendo que amansauan con [114r] con aquel sacrifiçio ynhumano al tetzahuitl Huitzilopochtli, siendo esta la boluntad del muy alto y soberano Dios, que debió de ser quando la gran hanbre d España, agora dozientos años, fue en general. Tornando, pues, a nra materia, biendo que cada día benían los pescadores diziendo se iba ya anegando Mexico a más andar, llamó Ahuitzotl a todos los prençipales mexicanos, díxoles: "Mis padres y abuelos y tíos, los rreyes pasados abían propuesto de hazer una fuerça contra el agua que está en esta gran laguna por si algún día puxare o heruiere el agua estemos rreparados de ella. Y para esto querría, señores, mandar hazer esta fortaleza y rreparo, y para ello con la breuedad fuesen nros mensajeros a todas las nasçiones de nra corte y corona suxeta, biniesen con materiales de piedra y estacas y le rreparasen su furia de esta agua". Oyda la plática los prençipales mexicanos, fueron luego biados los mensajeros a todos los pueblos. Oyda la breuedad dello, binieron luego los prençipales con piedra pesada y estacas, abiendo tasado y rrepartido ygualmente la mayor parte a Mexico Tenuchtitlan y Tezcuco y Tacuba y luego, por su orden, que se començó desde Coyonacazco hasta Yztapalapan, llegando a rraíz y çerca del peñol de las aguas callientes y el çerro de Tepeapulco, por mitad de la gran laguna, quedando dentro de la gran laguna lo que llaman Pantitlan, adonde oy día está çercado con estacas muy gruesas y junto a ello la gran piedra del sacrifiçio, dibuxados en ella los dioses antiguos, y esta çerca es de larga como quatro leguas, de dos estados era de altura lo que agora no está, que con los tiempos se a disminuido, que no ay más de sola piedra derramada. Y como bido Ahuitzotl que pues no eran bastantes a hazer más por la mucha agua que abía hondable, dixo que bastaua aquello para rresistir el agua, que cada día creçia a más. Dixéronle sus basallos que ya no podían sofrir ny soportar el agua, que traua ya los aposentos, dormitorios y cozinas, se querían yr a biuir a otros pueblos por los sembrados y camellones tenían de maíz senbrado era ya todo perdido y anegado, qué abían de comer ellos y sus hijos. Y ansi, con esto, se començaron a yr mucha cantidad de mexicano con sus mugeres y hijos y desparramado por los pueblos comarcanos. E le dixeron los prençipales mexicanos: "Aunque los boluamos a traer, ¿qué an de comer ellos y sus mugeres y hijos?" Estando en esta confusión el Ahuitzotl, temió lo matarían los mexicanos. Dixo uno de los prençipales biexos: "Señor, hazé una cosa y se que biéis a llamar al rrey Neçahualpilli, porque ya sabéis que es grande ningromántico y saue en el çielo y l ynfierno y muchos secretos sabe de los dioses. Ynterrogalde que para esta nesçesidad os ayude, que bea de qué manera podremos çerrar el agua de Acuecuexatl". Dixo Ahuitzotl luego fuesen a llamarle. Benido bino, consultóle con el trauajo presente del agua llaman Acuecuexatl y Xochcaatl y Tlilatl, "y no tenemos rremedio nenguno para desaguar esta laguna, y la çiudad anegada y desbaratada, la gente mexicana a biuir a otros pueblos y el rremedio de esto os pido. "Dixo Neçahualpilli: "Agora, señor, os quexáis y teméis. No se mirara adelante este ynconbiniente, pues de ello fuistes abisado por el desdichado rrey Tzotzoma de Cuyuacan, lo matestes por ello. ¿Qué rremedio os puedo, señor, agora dar para este temor que tenéis? Señor, yo no hallo otro rremedio sino luego bengan y parezcan todos quantos busos ay que sauen y tienden la salidas, tradas de las aguas, ojos, manantiales, y benidos sean, tre dentro del Acuecuexatl y bean de qué manera está, como se podrá çerrar y rremediar. Y para ello será menester mucho copal, papel, olli y piedras preçiosas, oro, mantas muy rricas de todo género para el sacrifiçio. [114v] Y an de traer los rreyes binieren muchas codornizes, rriquezas de oro, piedras de gran balor y papel y, sobre todo, an de morir allí, en el sacrifiçio del agua, prençipales. Quiçás con esto aplacará y se çerrará. Con esto luego fueron mensajeros a todos los pueblos suxetos a hazer traer sus tributos y tesoros de piedras preçiosas y oro, copal, papel, olli, codornizes para el sacrifiçios. Benidos fueron de todas las partidas, binieron asimismo muchos buzos de Cuitlabac, Suchimilco, Tlacochcalco, que agora es Chalco Atengo, Ayoçingo.